miércoles, 29 de octubre de 2008

Insomne en Edimburgo y Manchester

Todo el día de ayer está un poco borroso. Esto, sospecho, se debe en gran parte a que puse el despertador para una hora antes de lo debido y no me di cuenta hasta que salí al vestíbulo del hotel tambaleándome hacia la luz del día y me percaté de que solo eran las ocho menos cuarto, y no las nueve menos cuarto, lo que quería decir que había dormido unas cuatro horas, y no unas cinco. Espero poder dormir en el avión o en el coche de aquí a Manchester antes de esta noche.

Entrevistas estupendas, un acto estupendo, una sesión de firmas estupenda (salvo quizás por la joven que se desmayó mientras esperaba en la cola para las firmas, que incluso se asomó al final para hacerme saber que se encontraba mejor) y después una estupenda e increíblemente tardía cena.

...

Lo he dejado ahí y he me he tambaleado hacia la luz del día. He ido a la librería The Main Street Trading Company, que está en St. Boswells, en el condado de Scottish Borders, y he hablado con unos cuarenta niños de diez años, y he hecho una muy pequeña sesión de firmas. La tienda (una especie de librería de ensueño y café recoleto) es bastante bonita, y simplemente hablar con algunos niños, responder preguntas y, después, tomar un cuenco de sopa de calabaza moscada ha sido un maravilloso respiro entre todos los actos gigantescos anteriores. (Además sospecho que la tienda es extrañamente mágica: podrías afirmar que es pura coincidencia que Nick Sweeting, de la Improbable Theatre Company, estuviera en la tienda visitando a sus padres mientras yo firmaba, y que estuviera a punto de asomarme para verle el lunes en Londres y que al final no tuviera tiempo, pero se trata de una coincidencia magníficamente improbable.)

He dormido en el coche de vuelta a Edimburgo, he dormido en el avión a Manchester.

Manchester estuvo genial. Acabé siendo el primer escritor que se ha subido a ese escenario y que dispone de un grupo para abrir el acto; de dos, de hecho, puesto que Paul & Storm y Jonathan Coulton dieron un concierto muy breve (una canción por grupo) para la gente que asistió. Y yo terminé de firmar unas horas más tarde y llegué al concierto de Jonathan Coulton a tiempo para el bis final, "Creepy Doll", en que recité la segunda voz, sobreactué, tal como se me pidió, y toqué la pandereta.

¿Y qué es lo que pasa con esto de las panderetas? Me las arreglo para pasar una vida entera tan contento sin pandereta y ahora ya la he tocado sobre un escenario y frente a un público dos veces en un mes. ¿Tengo pinta de ser alguien que sería más feliz con una pandereta entre las manos?


Vi a Leah Moore y a John Reppion, y luego a Paul & Storm y a Mr Coulton. Paul me grabó para un proyecto suyo extrañamente bobo.

Además, viva el servicio de habitaciones 24 horas, aun cuando se les haya acabado todo excepto el estofado irlandés.

Bueno. Ahora, a la cama para pasar otra noche de no-dormir-lo-suficiente, y luego levantarme y volar hasta Dublín.

Casi me olvido, Chip Kidd busca sugerencias: http://www.goodisdead.com/index.php?/journal/entry/mr_sandman_bring_me_a_dream/.

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